Un lugar donde descargar aquellos pensamientos que se alborotan en la cabeza, donde no se necesita un permiso, un orden ni coherencia, solo un lugar para escribir lo que siento, lo que soy y lo que me gusta.

martes, 9 de junio de 2015

Dia uno

Vivir con miedo, ese es sin duda el título que tendría que tener hoy. Es triste que esta sea la realidad del lugar donde vivo, pero empecemos por el principio.

Vivo en Argentina, por si alguien de otro país llega a dar con mi blog aclaro que en los últimos años la seguridad de este país ha disminuido constantemente. Hoy en día todo movimiento que queremos hacer al salir de nuestras casas esta regido por el miedo. El miedo a que te roben en la calle, el miedo a que te maten para robarte, el miedo a que entren en tu casa, el miedo a que te violen, el miedo a que te secuestren. ¿Es triste no? Vivimos con miedo, todo pasa por el miedo, todo depende del valor que tengas para hacer las cosas, tenés que tomar coraje para salir de tu casa cuando el sol ya se puso. Respiramos miedo. Vamos por la calle mirando siempre nuestras espalda, temblando al pasar cerca de callejones, no sea que alguien salga de golpe a asaltarte. Salimos de nuestra casa e intentamos cerrar lo mas rápido posible la puerta, en un descuido te empujan y entran, en ese momento que la llave se traba el corazón se te acelera y el pánico empieza a controlarte. El día que por fin decidiste salir a tomar algo a la noche te das cuenta que si no tenes movilidad propia no podes volver a tu casa antes de que salga el sol, y te deprimís esperando sentado en una estación de servicio. ¿Es triste verdad? Si, todo es triste, es triste carecer de libertad, es triste que nuestras opciones se vean limitadas por personas que viven atentando a la vida de otros. Tenemos una vida triste. 

Ahora yo me imagino que te podes llegar a preguntar a que viene todo esto, si se supone que es la primer página de un diario ¿no? Es un prólogo, un prólogo para dar introducción a algo que sucedió hoy, pero para eso tendré que remontarme unos días atrás.

Hará no mas de una semana la empresa telefónica que me da el servicio de internet llamó ofreciendo aumentar la señal de la linea por el mismo precio que abonamos en este momento. Obviamente después de consultarlo con mi vieja, que es la que se encarga de presupuestar cada gasto de la casa, aceptamos con gusto la oferta. Hasta ahí todo normal ¿verdad? ¿Que tiene que ver esto con inseguridad?  Al otro día mi vieja entra a su facebook y le aparece una publicación de un grupo en el que está. Era una mujer diciendo que había recibido una supuesta llamada de la misma empresa telefónica, donde le informaban que debía cambiar su módem si no quería que le dieran de baja la linea. El problema fue que la persona que llamo no se identifico como correspondía y que para empeorar la situación pedía datos personales que la empresa se supone que tenía. La persona terminó con esa llamada y se puso en contacto con la empresa telefónica y estos les informaron que ellos no habían efectuado la llamada. Después de leer esto es obvio que mi vieja se asusto, era imposible no hacerlo, el día anterior nos habían llamado para algo parecido. Para aliviar el miedo llamé a la empresa de telefonía y me confirmaron que ellos habían hecho la llamada y de nuevo me recordaron que el técnico vendría hoy.

Llegó el día de hoy donde el técnico tenía que venir a casa. Cuando te dicen que te enviaran un técnico lo primero que pasa por tu mente es que vendrá en un auto de la empresa y por supuesto uniformado, no fue el caso. Llaman a la puerta diciendo ser de la empresa telefónica, al salir no era lo que me esperaba, era un chico en moto. En ese momento miles de posibles situaciones pasaron por mi mente y llego el miedo, el miedo de que en realidad no fuera un técnico y quisiera entrar a robar. En primer momento lo primero que se me ocurrió fue pedir su número de D.N.I y su nombre completo. El chico me lo dio, aclarando con cara casi de susto que el estaba trabajando y que si quería se podía ir y marcar que rechazamos el producto. Bueno, decidimos hacerlo pasar. Al entrar notamos los nervios del chico, ya que todos lo mirábamos atentamente, no sea que en la mochila tuviera un arma. Abrió la mochila, había un módem. Nosotros nos tranquilizamos, pero por supuesto él no, tenía miedo, miedo de nosotros que del principio lo increpamos, pensando que quizá nosotros si le haríamos algo. No solo eso si no que tuve que salir a cuidar su moto, porque al dejarla estacionada fuera cualquiera podía intentar robarla. El resultado fue el mal momento que pasamos todos, incluido él.

Es una situación muy triste vivir en un país que te obliga a desconfiar de todos. Es muy triste que tengamos que pasar tan malos momentos y hacérselos pasar a otros solo por miedo a que quieran atentar contra nuestras vidas. Porque el miedo no es que te roben, llévense todo, el miedo es que por robar llegan a matarte. Es triste vivir en un país donde la justicia no se impone de manera justa para aquellos que pasan su vida delinquiendo, pero si se juzga enseguida a quienes haciendo valer todo su derecho de defensa propia ejercen su violencia contra alguno de estos delincuentes. Es triste que nuestra vida dependa del miedo y que ellos sean felices robando la felicidad de otros.

Tener miedo. Vivir con miedo. Somos miedo. 

lunes, 8 de junio de 2015

El inicio

Aquí empiezo, un nuevo espacio, un nuevo proyecto. Comienzo un lugar donde expresar, donde permitirme ser. Es difícil a veces hacer eso día a día, son muchas las miradas acechantes que esperan aquellas palabras para atacarte sin piedad. A veces es agotador convivir entre hienas que esperan el mínimo error en tu actuación para convertirte en su comida, para calmar su ansiedad de poder. Enfrentándose cada día, cada hora y cada minuto al juicio de los verdugos que están esperando para cortar tu cabeza a la mínima señal de rebeldía. La cruel realidad, donde para sobrevivir debes callar, porque si no callas tu sustento se ve amenazado, donde la probabilidad de seguir sola se vuelve lejana por los insuficientes recursos que puedes alcanzar.

Este será mi pequeño refugio, el espacio donde quiero hablar de lo que siento en lo mas profundo de mi ser, donde las crónicas de mi vida se sucederán durante los días. El espacio donde el desahogo de la frustración tendrá lugar. Donde podré hablar de aquello que me gusta sin tener que ser juzgada por no ser aficiones comunes y aburridas como pasar el día prendida a la tv, o volverme peor que un troglodita por un partido de fútbol.

Ahora supongo que toca un poco hablar de mi ¿verdad? Bueno soy antes que nada una persona, una persona que se acostumbró a no encajar. Lo admito, soy la reina de la intolerancia, el mundo me molesta, la constante respiración de los seres inútiles consigue hacerme exasperar y aun así no me queda otra que respetar su existencia. Soy una lunática, llena de miedo y ansiedades, miedos a veces ridículos que nadie podría llegar a entender. Soy una persona que no puede controlar las palabras, siempre saliendo de mi boca sin poder detenerse, de forma desenfrenada chocando contra todas las paredes de su alrededor, algo que siempre me sobran, las palabras. Podría mentir y decir que me considero una buena persona, pero no es verdad. Tengo cosas buenas y mil y un cosas malas pero no me arrepiento de quien soy, todo lo que soy es lo que me hace especial. Soy una persona con una vida quieta y monótona, que no sabe que hacer con su vida y a la que también le da miedo avanzar. Alguien que no busca la aceptación, solo el respeto por quien soy y que dejen de intentar volverme otra. Una persona con pocos amigos, pero por simple elección porque el que me conoce sabe que me sobra la capacidad de socializar.

Otra cosa importante... ¿Qué significa el título del blog? significa "diario de una lunática" ¿Por qué el nombre? Porque es lo que me considero, una loca que se dedicara a expresar quien es en este lugar, a escribir aquello que haría en las hojas de un diario . Desde ahora en más aquellos que lleguen a este lugar están invitados a seguirme y compartir mi pequeño mundo conmigo. Siéntanse en su casa.