Vivo en Argentina, por si alguien de otro país llega a dar con mi blog aclaro que en los últimos años la seguridad de este país ha disminuido constantemente. Hoy en día todo movimiento que queremos hacer al salir de nuestras casas esta regido por el miedo. El miedo a que te roben en la calle, el miedo a que te maten para robarte, el miedo a que entren en tu casa, el miedo a que te violen, el miedo a que te secuestren. ¿Es triste no? Vivimos con miedo, todo pasa por el miedo, todo depende del valor que tengas para hacer las cosas, tenés que tomar coraje para salir de tu casa cuando el sol ya se puso. Respiramos miedo. Vamos por la calle mirando siempre nuestras espalda, temblando al pasar cerca de callejones, no sea que alguien salga de golpe a asaltarte. Salimos de nuestra casa e intentamos cerrar lo mas rápido posible la puerta, en un descuido te empujan y entran, en ese momento que la llave se traba el corazón se te acelera y el pánico empieza a controlarte. El día que por fin decidiste salir a tomar algo a la noche te das cuenta que si no tenes movilidad propia no podes volver a tu casa antes de que salga el sol, y te deprimís esperando sentado en una estación de servicio. ¿Es triste verdad? Si, todo es triste, es triste carecer de libertad, es triste que nuestras opciones se vean limitadas por personas que viven atentando a la vida de otros. Tenemos una vida triste.
Ahora yo me imagino que te podes llegar a preguntar a que viene todo esto, si se supone que es la primer página de un diario ¿no? Es un prólogo, un prólogo para dar introducción a algo que sucedió hoy, pero para eso tendré que remontarme unos días atrás.
Hará no mas de una semana la empresa telefónica que me da el servicio de internet llamó ofreciendo aumentar la señal de la linea por el mismo precio que abonamos en este momento. Obviamente después de consultarlo con mi vieja, que es la que se encarga de presupuestar cada gasto de la casa, aceptamos con gusto la oferta. Hasta ahí todo normal ¿verdad? ¿Que tiene que ver esto con inseguridad? Al otro día mi vieja entra a su facebook y le aparece una publicación de un grupo en el que está. Era una mujer diciendo que había recibido una supuesta llamada de la misma empresa telefónica, donde le informaban que debía cambiar su módem si no quería que le dieran de baja la linea. El problema fue que la persona que llamo no se identifico como correspondía y que para empeorar la situación pedía datos personales que la empresa se supone que tenía. La persona terminó con esa llamada y se puso en contacto con la empresa telefónica y estos les informaron que ellos no habían efectuado la llamada. Después de leer esto es obvio que mi vieja se asusto, era imposible no hacerlo, el día anterior nos habían llamado para algo parecido. Para aliviar el miedo llamé a la empresa de telefonía y me confirmaron que ellos habían hecho la llamada y de nuevo me recordaron que el técnico vendría hoy.
Llegó el día de hoy donde el técnico tenía que venir a casa. Cuando te dicen que te enviaran un técnico lo primero que pasa por tu mente es que vendrá en un auto de la empresa y por supuesto uniformado, no fue el caso. Llaman a la puerta diciendo ser de la empresa telefónica, al salir no era lo que me esperaba, era un chico en moto. En ese momento miles de posibles situaciones pasaron por mi mente y llego el miedo, el miedo de que en realidad no fuera un técnico y quisiera entrar a robar. En primer momento lo primero que se me ocurrió fue pedir su número de D.N.I y su nombre completo. El chico me lo dio, aclarando con cara casi de susto que el estaba trabajando y que si quería se podía ir y marcar que rechazamos el producto. Bueno, decidimos hacerlo pasar. Al entrar notamos los nervios del chico, ya que todos lo mirábamos atentamente, no sea que en la mochila tuviera un arma. Abrió la mochila, había un módem. Nosotros nos tranquilizamos, pero por supuesto él no, tenía miedo, miedo de nosotros que del principio lo increpamos, pensando que quizá nosotros si le haríamos algo. No solo eso si no que tuve que salir a cuidar su moto, porque al dejarla estacionada fuera cualquiera podía intentar robarla. El resultado fue el mal momento que pasamos todos, incluido él.
Es una situación muy triste vivir en un país que te obliga a desconfiar de todos. Es muy triste que tengamos que pasar tan malos momentos y hacérselos pasar a otros solo por miedo a que quieran atentar contra nuestras vidas. Porque el miedo no es que te roben, llévense todo, el miedo es que por robar llegan a matarte. Es triste vivir en un país donde la justicia no se impone de manera justa para aquellos que pasan su vida delinquiendo, pero si se juzga enseguida a quienes haciendo valer todo su derecho de defensa propia ejercen su violencia contra alguno de estos delincuentes. Es triste que nuestra vida dependa del miedo y que ellos sean felices robando la felicidad de otros.
Tener miedo. Vivir con miedo. Somos miedo.
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